Poniendo el cómic en el mapa.
Oui amiguitos, acaba de tener lugar hace muy poco, el salón de salones del cómic en Europa, el celebrado en la pequeña ciudad de Angoulême, que durante los días de celebración del mismo, multiplica su población por miles de entusiastas aficionados del cómic, venidos de todo el mundo.
Y no sólo de aficionados, sino también de profesionales del medio que utilizan el salón como uno de los principales escaparates de su trabajo. Y es también asimismo, el lugar donde las diversas editoriales nacionales e internacionales hacen sus principales adquisiciones, es decir, todo lo que está por llegar a las estanterías de nuestra librería favorita y en último término a las de nuestro cuarto, producto de todo lo que se cuece en dicho salón.
Angoulême es, desde el año 1974, la sede del salón especializado en el mundo de la historieta más importante de Europa, y probablemente uno de los más importantes del mundo, lo que la convierte en cita ineludible para todos aquellos que amamos este mundillo como aficionados o que queremos llegar a ser algo en él.
Es curioso que una industria tan suya como la francesa, sepa hacer convivir en su mercado, un fanatismo tremendo hacia el mercado japonés con un amor y cuidado tan particular hacia su propia industria, algo que parece en teoría contradictorio.
Pero es que en un mercado e INDUSTRIA (sí, con mayúsculas, no como en nuestro caso, desgraciadamente) tan grandes, hay lugar para todo. Incluso para que autores españoles del talento de Kenny Ruiz y su “Cazador de Rayos”, con el cual hablamos en nuestro último programa en directo, narrándonos lo que en ese salón francés sucede, pueden llegar a triunfar allí de manera rotunda.
Aunque no es el primer ni el último ejemplo de triunfo de un cómic español en Francia, ya que antes lo hicieron, por ejemplo, los consagradísimos Guarnido y Díaz Canales con su exitoso Blacksad. Esperamos que futuros autores españoles lo sigan haciendo, ya que muy a nuestro pesar, en España no hay una industria con el suficiente peso, y aunque nuestros autores puedan ser reconocidos por crítica y público, no son profetas en su tierra, ya que el cómic en España sigue siendo algo minoritario, y si me apuran, hasta sectario.
Pues a ver si algún año me puedo escapar para allá, que todos hablan maravillas del pueblo y el salón.