La realidad, cuando nos aterra
Siempre asusta más la realidad que la fantasía de nuestros mundos etéreos e imaginados del cine, la música, los videojuegos o los cómics. Sucesos como los que han tenido lugar en Haití durante esta semana, hacen que debamos replantearnos lo que nos rodea una vez más.
Como bien sabéis, no es este el foro más adecuado para dedicarnos a este tipo de temas que tienen que ver con la realidad y los acontecimientos que en ella tienen lugar, al ser el nuestro un espacio dedicado a cierto tipo de entretenimiento muy concreto para minorías. Sin embargo, es importante detenerse un momento y pensar en ello.
Es importante porque todas esas personas afectadas por la catástrofe, ni siquiera tienen opción de elegir alternativas como nosotros; no saben que es lo establecido o no, viven el día a día como si fuera el último, ya que así podría serlo. Ya de por sí, Haití es el país más pobre de América.
Y no sólo eso, sino que además se les ha venido encima la mayor catástrofe natural desde que hay registro de ellas, con más de 100000 muertes, un magnicidio de dimensiones abismales que a través de las pantallas de nuestros televisores que nos han dejado un bombardeo constante de imágenes dantescas. Hemos podido ver hasta que límites puede llegar el ser humano, cuando se pierde todo contacto con nuestro entorno social y emerge el yo animal que creíamos domesticado desde hace decenios.
Me hace tremenda gracia como los medios de comunicación, sólo se preocupan por poder localizar a sus paisanos y realmente por mucha propaganda que se haga de ayudas humanitarias o de medios de ayuda en las tareas de estabilización de la situación, al final no dejamos de ser nada más que animales, con un perverso sentido de supervivencia.
Para mi, inventos como la sociedad, la política, las artes o la ciencia, no son más que herramientas para que las utilicemos en bien de quien pueda tener acceso a ellas. No hemos avanzado tanto al fin y al cabo en nuestra globalidad de pensamiento único, y eso lo demuestra la existencia de capas sobre las capas, y clases sobre las clases, como sigue habiendo y habrá desde que el mundo es mundo.
Pues sí, es una pena que todavía haya paises tan castigados por la miseria y la corrupción política como Haiti, y que encima les caiga un apocalipsis localizado tan devastador.
Es especialmente dantesco cómo los privilegiados de Haití apenas se han enterado y cientos de turistas siguen llegando a disfrutar de su Caribe mix.
Verdaderamente lamentable lo ocurrrido allí, y es que, como bien decía, las catástrofes (que de por sí buenas no son) siempre se ceban en los más débiles.
Es horrible ver cómo en la TV esta tragedia se ha convertido en el nuevo espectáculo, continuando en cada telediario como una nueva entrega del reality más macabro que se pueda imaginar.
Y pese a la propaganda que están dando a las ayudas, y a la solidaridad políticamente correcta de foto oficial, los bancos no dudan en cobrar sus comisiones… este es mi Capitalismo, sí señor.
Muy bien dicho: la realidad siempre supera y superará (en este caso, para mal) a nuestros amados mundos de ficción.
PD: Ya lo djo Voltaire: la civilización no suprime la barbarie, sino que la perfecciona.
Lo que más asco da es que sobre todo las televisiones utilicen estas desgracias como show para atraer audiencias. No pasará mucho tiempo hasta que veamos reportajes-documentales-etc sobre Haití.
¿Que pasa, la televisiones se han dado cuenta ahora de que es el país más pobre de América y uno de los más pobres del mundo?
A medida que pasen los días y semanas se irá hablando menos y menos de la noticia, hasta que sea sustituída por otra noticia “estrella” con la que abrir los informativos de una manera impactante.
Por ejemplo, es lo que ocurrió con la Guerra/Invasión de Irak; Cuando pasaron unos meses del comienzo de la Guerra, parecía que ya no había atentados, ya que como era algo que ocurría a diario, pues parecía que ya no llamaba la atención de los informativos.
Con la tragedia de Haití ocurrirá lo mismo.
Hoy en un informativo, creo que en el de la Sexta, ya estaban diciendo en que país podría ocurrir el siguiente terremoto.