OTRO AÑO MÁS…

…llega la puta Navidad, amiguitos. No puedo evitar que siempre me salga la mala folla que todos tenemos hacia algo en nuestras vidas. Unos odian a su jefe (bueno, eso casi todos), otros odian a Telecinco (bueno, eso también casi todos), algunos se odian a sí mismos (como en cuando nuestro taxista favorito habla consigo mismo delante de un espejo), pero yo, por encima de todo, odio la Navidad.

Podría escribir un discurso racional y locuaz de por qué razones, materiales y etéreas me dan ganas de vomitar cuando llegan estas fechas. Todo ese rollo antisocial que tanto gustamos a veces de exhibir delante de los demás para en realidad no aceptar que nuestras vidas son una miseria, cuando envidiamos la en apariencia feliz vida de los que nos rodean, que se trasluce en el cómo celebran a todo rabo la llegada de la onomástica navideña.

Pero de verdad que de eso ya estoy un poco de vuelta, y es que la Navidad sólo me produce molestias, es decir, me pone en general de mala ostia. Es oír un HOHOHO! o un “¡Feliz Navidad!” fugaz a alguien, y se me hincha la vena. Es que son las peores fechas para ir a cualquier sitio por los atascos infernales con los coches, producidos por las masas subnormales que acuden como las moscas a la mierda de los centros comerciales; por la plasta que te dan en cualquier lado para que compres ahora lo que puedes comprar cuando puedas o cuando te salga de, con perdón, los reales cojones; o incluso por el frenetismo y las prisas por tener todo listo y los pifostios que hay que formar para cenar con la familia en uno y otro sitio.

Compañía ideal navideña.

A mí, aunque suene un poco borde y misántropo, lo que me apetece, en estas felices fiestas para los demás, es estar en mi casita escuchando un buen disco mientras leo un buen cómic, me veo una buena peli de sangre y vísceras o me dejo las cejas en un buen videojuego ahora que tengo tiempo de hacer todo lo que el trabajo habitualmente me impide. O quizás en su defecto, echar un buen polvo a una exuberante dama vestida de Mamá Noel, a la que demostrar que mi principal afán en estas fechas, es joder todo lo que pueda a la Navidad.