NO SEX, NO DRUGS, NO ROCK ‘N ROLL

Hijoputa hay que decirlo más.

Por mucho que lo dijeran los Guns ‘n Roses en esta canción, se acabó el Sex, Drugs and Rock and Roll. En una sociedad como la actual en la que prima la sobreprotección de la infancia en los medios de comunicación, en el que la austeridad, la contención y el conservadurismo contrastan con la cantidad de situaciones de malrollismo que se ven continuamente a través de los mismos. Se hace hincapié en el exceso y la gratuidad de la mierda barata de divorcios, desavenencias y discusiones protagonizadas por gente atroz que a muchos de nosotros nos da un poco igual.

Basta ya de encorsetamientos y de apretar el culo para no decir cosas que puedan sentar mal a una persona, hablar como minusválido emocional (palabra eufemística en sí misma), en lugar de decir: “eres gilipollas y encima, te lo digo fisnamente”.

De vez en cuando hay que decir “me cago en la Virgen Santa” con todas las letras seguidas, una detrás de otra, porque de tanto aguantarnos la mierda nos estamos convirtiendo en mierda por dentro. No es malo soltar la bilis que llevamos dentro, ya que muchas veces esos excesos que tan mal se ven en esa sociedad mojigata, son el producto de tratar de controlar algo tan humano como es el sentir y emocionarse.

Sí, amiguitos, se ha acabado el Sex, Drugs and Rock and Roll, y hemos vuelto a una dictadura de la autosuficiencia y el control desmedido de nuestros sentidos y de nuestros sentimientos. Manipulando maquiavélicamente a través de una realidad que sólo existe en los anuncios de los productos que nos meten por los ojos.

No obstante no hay que revolcarse en la ciénaga y regodearse de ello constantemente, pero por EL QUE NO EXISTE, no nos convirtamos en unos tullidos morales. No nos convirtamos en máquinas incapaces de sentir. Aunque sea en nuestro cerebro, conservemos las ganas de Sex, Drugs, and Rock and Roll, porque la vida sólo es una.