Go, Japan, Go!
Viendo las noticias de las últimas semanas, a uno se le la piel de gallina cuando ve las imágenes dantescas de todo lo que ha tenido lugar en nuestro amado país del sol Naciente, Japón.
Los japoneses han manifestado atávicamente su preocupación por los fenómenos naturales. No sólo a través de su preparación sobrehumana a la hora de enfrentarse a las repercusiones que pueda tener la Naturaleza desatada, sino que históricamente esta preocupación se ha visto también reflejada en las diversas formas de entretenimiento, desde las más tradicionales como el cine o la literatura hasta el manga y anime donde también es palpable esa inquietud.
Aunque a veces es algo que damos por hecho, no podemos dejar de recordar que, a pesar de todo, la realidad siempre supera a la ficción. Todos recordamos la obra mítica de Katsuhiro Otomo, Akira. Una crítica atroz acerca de la sociedad global y sus miserias humanas y sobre lo poco que les preocupan a los que están ahí arriba las pequeñas historias de los que estamos aquí abajo. Hasta que la furia desatada de lo incontrolable, la muerte y la destrucción por doquier, afecta democráticamente por igual a todos.
Otro ejemplo de todo ello es nuestro supermonstruo favorito, Godzilla, que era el producto de la falta de control sobre la energía nuclear y que provocaba unas consecuencias terribles al intentar vengarse de los humanos que inconscientemente lo crearon. Circunstancias que, si nos pasamos a pensar, con como las que han provocado en la realidad el terremoto y el posterior tsunami y las correspondientes desgracias materiales y personales.
¿Os acordáis de la cantidad de veces que a través de la imaginación, se ha invadido la tierra? Han habido inimaginables desastres naturales, pero siempre estaban ahí nuestros amados superhéroes para rescatarnos de ellos. Desgraciadamente, y por mucho que a mí mismo me cueste reconocerlo, son solo producto de nuestra fantasía.
No obstante debemos tomar una lectura positiva observando a la realidad. La capacidad innata del pueblo japonés para levantarse después de haber sido golpeado mil veces, de ponerse en pie con la dignidad que le corresponde a este gran imperio milenario, constantemente nos vuelve a dar lecciones a todo el mundo. Un ejemplo sobre cómo hay que enfrentarse a las cosas y superar las desgracias propias de un modo digno. Desde aquí quería desde mi modesta posición, rendir el homenaje que se merece el esforzado y entrañable pueblo japonés.
Sí, la verdad es que los japos son la hostia, todo un ejemplo de entereza ante la adversidad. Me conmovió especialmente la historia del empresario que encontró a uno de sus curritos con vida y ver lo mucho que se emocionó. No todos los jefes son unos cabrones.
La producción artística nipona (literatura, manga, cine…) post catástrofe natural + Fukushima va a ser digna de estudiar con lupa. Si la bomba atómica ya supuso un antes y un después en el inconsciente colectivo, esto no se va a quedar atrás.
Todo mi respeto y mi más sincera admiración hacia los japoneses. Y muy especialmente a aquellos que saben que van a perder la vida intentando reducir la catástrofe radioactiva. Héroes.
Desde luego, de esto va a salir de todo: tebeos, videojuegos, pelis, etc. Y cuanto más años pasen y más lo exterioricen, más extrañas e inclasificables serán esas manifestaciones artísticas. Pero esto vez hay algo distinto: lo entenderemos. No nos será tan ajeno como el trauma de 1945.
Eso lo hemos comentado todos, ¿verdad? Cómo han reaccionado ellos y cómo habría sido aquí en España, con marujas descabellándose por una barra de pan, con saqueos cotidianos, con violencia diaria, etc.