DEMOCRACIA IRREAL

Si algo tiene de original este movimiento de la Democracia Real, tal y como se le ha denominado, es que surge natural y espontáneamente, sin ninguna fuerza de poder detrás manejándola subrepticiamente. Surge de un síntoma, no de la manipulación de una ideología social o política.

Debido a ello, nuestros políticos están acojonados, porque no sólo se manifiestan los de derechas o los de izquierdas, los blancos o los negros, los catalanes nacionalistas o los seguidores de la España del aguilucho, no. Simplemente, nos hemos dado cuenta de que estamos hasta los cojones de que nos tomen por idiotas, de que nos manejen un atajo de sinvergüenzas. ¿En que mundo vivimos, que dejamos que rija las finanzas del mundo un tío que ha sido hallado presuntamente culpable de violación, ante la evidencia de las pruebas en su contra? ¿Es esa la democracia o son esos los derechos por los que lucharon nuestros antepasados, por los que sufrieron y pasaron tantas penurias?

Pero antes vamos a distinguir dos cuestiones que creo que no se han definido adecuadamente, por la indefinición de la propia idea cuando surge, y por el batiburrillo de sentimientos contradictorios, unidos por la rabia y el derecho al pataleo. No sólo es un error político,  sino que habría que ir más allá de la definición de Democracia Real, hablando del “Sistema de Poder Real”, porque eso es lo que realmente falla. El poder político, el económico, el social, todos los órdenes están corruptos en su estructura.

Yo tuve la suerte, privilegio o decepción, de conocer cómo funciona la estructura democrático, desde el punto de vista académico durante mis estudios universitarios estudiando ciencia políticas. Y siempre me preguntaban por aquellos maravillosos teóricos que aparecían en los libros de Teoría Politica, y los profesores iluminados hablaban de los mismos sin darse cuenta de que una cosa es lo ideal, y otra cosa lo real. Lo real es lo que vivimos, y si nos acostumbramos a intentar alcanzar el ideal mal vamos. Lo  imposible está en el mundo de las ideas, y la acción de verdad se da en el terreno que conocen las personas reales que viven el problema.  Personas que conocen mejor la solución, a las que quizás nunca se les pregunta qué es lo que se debería hacer para poder atajarlo. Aparte de que cada cuatro años ejerzamos el voto, ¿a alguno de vosotros os han preguntado alguno de los políticos electos, si estábais de acuerdo con una u otra decisión que tomaban por vosotros? No, a mí tampoco.

Lamentablemente estoy pensando en términos muy reduccionistas de sota, caballo y rey, echando a la culpa a los  a los políticos, en vez de ir a la raiz del problema. Es estupendo que salgamos en democracia de un modo totalmente casual y voluntario, en común, para manifestar nuestra queja cuando las circunstancias aprietan.  Sin embargo, nos dejamos empitonar por los facinerosos, y como tenemos un coche cojonudo, casa en la playa, y España es campeona del mundo, nos damos hasta vaselina para que entre mejor.

Seamos realistas, no nos relajemos, y aunque esto espero y confío que de verdad no se quede en agua de borrajas, debemos saber y aceptar, que en cierta medida hemos llegado a este extremo porque hemos dejado que suceda, y debemos seguir hacia adelante con dignidad REAL.