DEGENERACIONES.

What’s up at Frank?

Hablaba en el úñtimo diagnóstico del punto de degradación al que puede llegar un artista del cómic que ha estado en lo más alto, aunque esto es aplicable a cualquier otra forma de entretenimiento. Hablo en general de artistas que en un momento dado de sus carreras han sido los más hot, grandes estrellas del medio y que convertían en oro todo lo que escribían o dibujaban oro. Además, alguna de las etapas que pasaron en alguna de las colecciones en las que trabajaron son consideradas de las más brillantes de la historia del medio.

En muchos casos fueron encumbrados antes de tiempo, pero sin lugar a dudas lo hicieron por méritos propios debido a lo increiblemente buenos que eran sus trabajos. Podría poner miles de ejemplos al respecto, pero me gustaria centrarme en uno concretamente, que es el que creo que mejor representa lo que quiero explicaros: el caso de Frank Miller.
Miller era un chavalillo de unos quince o dieciséis años aproximadamente, cuando en Marvel se dieron cuenta de que aquel mozalbete podria dar mucho de lo que hablar. Su revolucionario estilo de dibujo, la forma de tratar a los personajes y las historias que contaba haciendo a los grandilocuentes superheroes aun más humanos (el estilo Marvel pero más adulto aun), supusieron un chorro de aire fresco durante los años 70 y 80. Todos nos rindimos a sus pies.
Pero lo difícil es mantenerse en un nivel alto durante mucho tiempo en una industria tan competitiva como es la del cómic y Frank Miller empezó a involucrarse en proyectos cinematográficos, con los cuales siempre había flirteado de algún modo debido al lenguaje tan particular de sus viñetas, que siempre recordaba un poco al lenguaje del cine. Pero allí no tuvo tanta suerte y la primera película dirigida por el, es una verdadera prostitución tanto del personaje de Will Eisner (The Spirit), como del arte en sí mismo y su vuelta al comic no fue mucho mejor con la segunda parte del Regreso del Señor de la Noche.

Salvando las distancias autores como John Byrne, Akira Toriyama, Neal Adams, Barry Windsor-Smith, etc… son caras de una misma moneda. Autores que revolucionaron la industria y que debido a distintos factores: el ego, a las exigencias de la industria, a su visión antagonista con el funcionamiento de la misma… se han ido apartando de ella y su calidad en muchos casos, se ha visto afectada, dejándonos huerfanos de algunos de los mejores maestros de todos los tiempos. No obstante siempre nos quedaran los Daredevil, Sin City o Ronin, que los precedieron y que podremos releer todas las veces que nos hagan falta.