CONOCÉIS AL ENEMIGO.

Los auténticos supervillanos.

Extrapolando la ideología que tenga cada uno, lo que decía Ernesto “Che” Guevara, es un propósito que no se ha olvidado, que permanecía enterrado en nuestra mente hasta hace…unos días. Básicamente consiste en la internacionalización de la libertad y como el mismo dice, de “la esperanza de un mundo mejor”.
¿Y creen aquellos que nos gobiernan o en los que hemos depositado nuestra confianza, que pueden traicionarla con actos tan desvergonzados como el de hace unos días en Barcelona?

Porque yo sí sería elitista en el sentido de aspirar a algo mejor, sí que dejaría claro quién debería estar en esos puestos de responsabilidad que deciden cómo se organizan las cosas (no lo llamaria alzamiento del poder, sino organización de la realidad). Habría que hacer un casting no sólo teniendo en cuenta la capacidad, la formación académica…etc para poder detentar esos puestos de responsabilidad. Exigiría que esas personas fueran moral y éticamente… válidas.
Y me diréis que soy un iluso. Sí, ¿y qué? ¿No es legítimo aspirar a que aquellos que tienen en sus manos la más sagrada de las responsabilidades, el exigirles que no olviden jamás por qué motivo, y para qué están ahí?

Para ELLOS, esto no pasa de ser un pataleo que debemos tener por la insatisfación general de la terrible crisis económica que nos rodea. Pero como lo que realmente temen es el número y el que se les pueda arrebatar lo que más aman, el poder, animo a los que formamos parte de esta conciencia, a organizanos adecuadamente y sí, también políticamente, arrebatarles su tesoro.
Porque por mucho que nos pese a muchos, inventos hedonistas como el comunismo han demostrado su ineficacia y el único modo de alcanzar la realidad es afrontarla y entrar en ese sistema que es también el nuestro. Metámonos dentro de la manzana podrida y cubrámonos de mierda para poder limpiarla desde dentro, porque acaso ¿no estamos cubiertos de ellos hasta el tuétano ya?
ELLOS no se han dado cuenta de que por ahora solo estamos indignados, pero si siguen ejerciendo acciones tiránicas como las mencionadas, pasaremos al siguiente estado: estaremos realmente cabreados. Y no, nadie quiere eso porque ya nuestros padres y nuestros abuelos lucharon por muchos de esos actos. Esperemos que los políticos se atengan a la razón y no a su propia pataleta y al miedo que tienen de perder la virginidad de su ano de poder.