It´s evolution, baby!
Bueno, amiguitos, hacía tiempo que no hacia un diagnóstico de estos de pataleta y de cagarme en la realidad que nos rodea, pero es que hay algunas cosas de los nuevos tiempos que no entiendo.
En nuestra sección Press Start hablamos de la importancia de la tecnología en nuestras vidas a través de las plataformas de ocio electrónico, algo que se ha extendido a todo target de público y que ha hecho que se consolide como una realidad apta tanto para el público más casual como para el más especializado y talibán.
Esto es algo que creo que debería enorgullecernos a todos nosotros, sobre todo a aquellos que fuimos un poco los pioneros en los años 80, abriendo esta industria a todo el mundo. Eramos considerados como unos frikis inadaptados que preferían estar delante de la pantalla del monitor de su Spectrum, Amstrad o MSX, que estar jugando al fÚtbol emulando a Michel o Butragueño, cuando ambas aficiones eran perfectamente compatibles tanto entonces como ahora.
Critico la demencia consumista que nos ha invadido en tecnologías que ya se están empezando a estandarizar, pero que todavia están en el impasse de realmente adaptarse a para que todas las personas las puedan utilizar. Esto viene a colación, una vez más, cuando diversos amigos o yo mismo en algun momento de nuestra vida laboral hemos tenido que enfrentarnos a la ardua tarea de explicar un componente de tecnología complicada a quien no está todavía preparado para su uso- Buenos ejemplos son lo móviles llamados smart phones (que de listos tienen poco), los aparatos para el control de la seguridad de los inmuebles, IPads y tablets… No sé, hay un largo etcétera de artilugios que nos venden en los centros comerciales que ni muchos de los que estamos acostumbrados a la tecnología estamos realmente totalmente preparados para la multitud de servicios que ofrecen.
Cuando hablas con el típico pobre señor de 80 años, situado en la España mas profunda y te cuenta sus problemas con el IPhone, último modelo que le ha regalado su hijo para aparentar delante de sus compañeros del geriátrico… A uno le invade la sensación, amiguitos, que realmente las cosas no han cambiado tanto y que por mucha tecnología que nos rodee, España sigue siento única y diferente, mal que nos pese a todos. No obstante, no me arrepiento de tener ese retraso encantador, que nos distingue y nos da nuestro toque peculiar.
Sí, sigue existiendo esa brecha generacional, y así seguira durante unas cuantas décadas, hasta que tomemos el relevo al filo de la tumba y seamos los viejos más molones de la historia. Paradójico: los inadaptados con gafotas y bigotillo seremos los mejores al final.