VENGANZA

Todos somos Guy Fawkes.

Cómo nos mola a los frikis ese subgénero, que se encuentra a su vez dentro de muchos géneros, de la venganza en el mundo del cine. Como más en profundidad nos contaron nuestros expertos amiguitos del Freak Team de Telón, dentro del western, el cine de acción, el thriller, las artes marciales, el terror, la ciencia-ficción…

Pero siempre, como podemos ver, dentro de la ficción, como si la venganza fuera algo irreal, que no se puede llevar a cabo en la vida real. Da miedo el asimilar que podamos pensar por nosotros mismos y vengarnos de aquellos que nos han inflingido el mal, suena como tomarse la justicia por nuestra mano, haciendo imposible el retirar el yugo de nuestro cuello de aquellos que lo ejercen. Por lo tanto, el vengarse, que no siempre implica violencia, simplemente hacer frente al daño ajeno ejercido contra nosotros, se ve como algo malo que nos convierte en borregos del sistema impuesto, de la conciencia judeo-cristiana.

Pero yo pienso, ¿es acaso malo pensar por nosotros mismos? ¿Es mejor dejar que otros sean los dueños de nuestra voluntad y de nuestro destino? Me pongo en plan épico como si de una película se tratara, pero en el fondo es mucho más sencillo que todo eso. Consiste en enfrentarse a la situación y defendernos del daño ejercido por otros.

Seamos más claros y menos crípticos, para no perdernos en discursos de verborrea fácil y predecible: nuestros dirigentes sociales, económicos y políticos nos toman por una masa borreguil, les hemos dado acceso a nuestra libertad, recursos y derechos para que ellos los ejerzan por nosotros con nuestra aprobación implícita. Pero se supone que no para ejercerlos de un modo vacuo y paternalista, sino para, en teoría, hacer un mundo más eficiente y mejor para todos. Desgraciadamente, en su lugar, los utilizan de modo personal y egoísta, olvidándose de todos esos objetivos ideales y de responsabilidad que se supone a personas de ese rango e importancia capitales.

Y mientras tanto, nosotros asintiendo o siendo cómplices de sus acciones por el silencio o la omisión de respuesta. No sé si llamarlo venganza, justicia poética o sentido común, pero desde luego el permanecer ajeno a todo lo que está sucediendo a nuestro alrededor y no reaccionar ante ello en uno u otro sentido, nos convierte en borregos, en animales de ganadería que se conforman con que les alimenten y les engorden hasta que les toque ir al matadero, desoyéndolo en virtud de una sociedad tan indolente como la nuestra.

Por ello, amiguit@s, desde esta Parada de los Monstruos, abogamos como siempre por el pensamiento propio y crítico. Alentamos la venganza, en el plano de la respuesta y del enfrentarse a los hechos y de la acción en la realidad de verdad, aunque siempre humildemente desde el apasionante mundo de nuestras aficiones.