THUMBS UP!!!!

Pulgares arriba. Esa es la manera en la que los Emperadores de la Roma antigua, salvaban a los esclavos de una muerte segura. Y el gesto contrario, pulgares abajo, les condenaba definitivamente a un viaje al Hades con los gastos pagados gracias a nuestro amado César de turno. No hemos cambiado demasiado por tanto, aunque sí se ha democratizado el divinismo cesariano, y cualquiera que tenga la posibilidad de acceder a la red global por el medio que sea (Smartphone, ordenador, Tablet…), es capaz de elevar al Cielo o al Infierno a cualquier semejante. Pero llega un punto en el que mucha gente ya no distingue lo real de lo imaginario, y eso sí que realmente me da miedo.

Para mi pesar, hay demasiada gente que han llegado a un estado de psicopatía antisocial , al igual que han llevado a cabo otras sociedades más avanzadas hace años, y que cada vez acumula a más número de personas que prefieren relacionarse a través de medios virtuales que reales. Llaman “amigos/as” o “novios/as” a personas que nunca han visto en la realidad en su vida y por las que declaran su amor infinito, y llegan a odiar del mismo modo desmedido y sin parangón.

Es algo más allá de factores como la edad, el sexo, o cualquier otro componente social o individual. Conozco a personas de 40 años o más que reaccionan como niños de parvulario ante una mala crítica (aunque sea constructiva y no personal) en los medios internáticos, reaccionando a la manera del niño alemán del video de Youtube. Aunque existe también el otro extremo de cuando alguien conoce a otra persona al otro lado y a la que declara su amor infinito en vídeos vergonzantes y ñoños a más no poder. Pero como bien sabéis por las relaciones sociales y personales, del amor al odio, hay un paso, y viceversa.

Por eso creo que las relaciones virtuales son inferiores a las reales, por su inexistencia en un mundo real que todavía existe, aunque posiblemente en el futuro sea el medio predominante de relacionarse en cualquier ámbito. Ya casi estamos en ese mundo que nos contaban en películas desde Matrix hasta Her, donde vemos un deterioro progresivo de las relaciones personales cara a cara. Esto es así desde los tiempos de los primeros teléfonos móviles que te daban la posibilidad de mandar un sms para estar localizable, y que nos ataban de algún modo a una virtualidad que empezaba a crearse, y que fue transformándose cada vez más a través de los foros, messengers, blogs, redes sociales, y toda la evolución socio-tecnológica hacia un futuro frío e impersonal.

Cuando alguien se enfada conmigo, o cuando me quiere decir que me quiere, y lo hace a través de uno de estos medios virtuales, lo primero que tengo es una sensación de escalofrío y de rechazo, como si un robot o mecanismo artificial interactuara conmigo. Luego está la mente sugestionada que actúa de otra manera de manera subjetiva y sucumbe a los encantos del frenesí artificial, pero si fuéramos un poco más fríos y lo analizáramos con perspectiva, nos acojonaría el ver como nos estamos convirtiendo en seres programados por máquinas como nos aventuraban ya los primeros escritores de Ciencia Ficción en relatos como 2001 una odisea en el espacio.

Por ello, amiguit@s, yo siempre pondré los pulgares hacia arriba, cuando pueda quedar en mí realidad, con cualquier persona en la circunstancia que sea, y tomas unas cañas e intercambiar opiniones sobre los temas que tanto amamos. Mientras tanto, seguiré disfrutando de esta maravillosa aventura virtual cuyo nombre es La Parada de los Monstruos.