NOT ONLY FOR FREAKS.

  • AUTOR: // SECCIÓN: Diagnóstico, Telón

    2 Comentarios

    Nerd

    La última moda, a la que no nos apuntamos.

     

    Si, el título del diagnóstico de hoy es algo así como la advertencia que rezaba en los Lps de algunas bandas cuyas letras contenían un lenguaje considerado para adultos, el famoso “Parental Advisory, explicit content o lyrics”. Pero esto, aplicado a la idiosincrasia particular de nuestro circo ambulante.
    Una vez más, todo surge de una anécdota de mi vida particular, cuando un compañero del trabajo mercenario que me da de comer y no de vivir, después de confesar nuestros hobbies y placeres culpables, tan solo después de mencionarle mi gusto por los comics y la serie-b, acude a sus 2 neuronas la palabra para catalogarme: “Friki”. Él no debe de serlo, ya que sólo debora series del calado de “Perdidos”, “Héroes”, o “Fringe”, de las cuales hablaba todo ojiplático, con el fervor de un adolescente agitado rememorando escenas de tal o cual episodio de las mismas.
    Ya sé que me repito como la morcilla con ajo, amiguitos, pero ninguno de los que estamos aquí presentes, por ejemplo, cumple los estereotipos ni un poquito del nerd que está en la conciencia global: ninguno tenemos gafas de pasta o de culo de baso; los granos y el acné en la cara los dejamos muy atrás hace media vida ya que todos frisamos los treinta y tantos; nuestra vida sexual es más completa que los pobres pajilleros del imaginario freak, aunque no perfecta. Vamos, como la de todo puto hijo de vecino.
    Por eso nuestro circo ambulante no esta dirigido exclusivamente solo para “Nerds”, “Frikis” o gente con algun tipo de disfunción para socializar con sus semejantes, si no que en los temas que tratamos, y en cómo los tratamos, creo que cualquiera de vosotros os podéis sentir identificados.
    ¿A quién no les gusta las pelis de fantasmas, los dibujos animados gamberros como “Hora de aventuras”, o las pelis de ostias, en este caso con una tía repartiendo estopa a los malosos de turno? Menos a mis padres, a todo las personas de mi generación con las que tengo trato habitual, y no solo del más cercano, si no simplemente gente porque pertenecemos a la primera generación en la que el ocio y el tiempo libre es considerado normal. Si, amiguitos, una vez más es simplemente un aspecto material, porque mucha gente que clama al cielo contra todas estas aficiones minoritarias, o son de una generación anterior determinada, o simplemente les da miedo reconocer dependiendo de qué ámbitos, que ellos disfrutan o disfrutaron de ellas en algún momento de su vida.
    Pero no os preocupéis amiguitos, que no vamos a empezar ninguna “Nerd Rage” (furia Nerd o de frikis) como dice la canción que estamos escuchando de fondo, simplemente seguiremos explorando en profundidad nuestra devoción por nuestros placeres no tan culpables, ya que a mi no me da ninguna vergüenza que un compañero del trabajo me vea leyendo un comic en el metro si coincidemos en un vagón. Entiéndanme si digo que comprendo a los homosexuales en parte, ya que ellos también tienen que decidir de qué lado están, del confeso o del reprimido, pero creo que extrapolando las comparaciones, ni esta ni en ninguna otra discusión moral, se debería reducir nada a blanco o negro, simplemente a ver las cosas con normalidad y aceptación, sobre todo porque vivimos demasiado poco tiempo como para perderlo con discusiones infructuosas. Como conclusión disney o consejo moral por vuestro papi freakman, sentiros orgullosos de no ser nadie especial, si no de ser vosotros mismos, amiguitos freaks.

    Sí, el título del diagnóstico de esta semana es algo así como la advertencia que rezaba en los Lps de algunas bandas cuyas letras contenían un lenguaje considerado para adultos, el famoso Parental Advisory, explicit content or lyrics. Pero, claro está, aplicado a la idiosincrasia particular de nuestro circo ambulante.

    Una vez más todo surge de una anécdota de mi vida particular, cuando un compañero del trabajo mercenario que me da de comer y no de vivir, después de confesar nuestros hobbies y placeres culpables. Tan sólo después de mencionarle mi gusto por los cómics y la serie b, acude a sus dos neuronas la palabra para catalogarme: “Friki”. Él no debe de serlo, ya que sólo devora series del calado de Perdidos, Héroes o Fringe, de las cuales habla ojiplático con el fervor de un adolescente agitado, rememorando escenas de tal o cual episodio de las mismas.

    Ya sé que me repito como la morcilla con ajo, amiguitos, pero ninguno de los que formamos este programa cumple ni una pizca del estereotipo del nerd de la conciencia global: ninguno tenemos gafas de pasta o de culo de vaso; los granos y el acné en la cara los dejamos muy atrás hace media vida ya que todos frisamos los treinta y tantos; y nuestra vida sexual es más completa que la de los pajilleros del imaginario freak, aunque no sea perfecta. Vamos, somos como todo puto hijo de vecino. Por eso nuestro circo ambulante no está dirigido exclusivamente para nerds, frikis o gente con algun tipo de disfunción para socializar con sus semejantes, sino que en los temas que tratamos y en cómo los tratamos, cualquiera de vosotros os podéis sentir identificados. ¿A quién no le gustan las pelis de fantasmas, los dibujos animados gamberros como Hora de Aventuras, o las pelis de ostias, con una tía repartiendo estopa a los malosos de turno? Menos a mis padres, a todos los de mi generación con las que tengo trato o no habitual, en la que el ocio y el tiempo libre es considerado normal.

    Sí, amiguitos, mucha de esa gente que clama al cielo contra todas esas aficiones minoritarias, son de una generación anterior determinada o simplemente les da miedo reconocer, dependiendo del ámbito, que ellos disfrutan o disfrutaron de ellas en algún momento de su vida. Pero no os preocupéis que no vamos a empezar ninguna Nerd Rage, simplemente seguiremos explorando en profundidad nuestra devoción por nuestros placeres no tan culpables, ya que a mí no me da ninguna vergüenza que un compañero del trabajo me vea leyendo un cómic en el metro. Entendedme, si digo que comprendo a los homosexuales, ya que ellos también tienen que decidir de qué lado están, del confeso o del reprimido. No obstante, creo que extrapolando las comparaciones, no existe discusión moral ya que nada se debe reducir a blanco o negro. Veamos las cosas con normalidad y aceptación ya que vivimos demasiado poco tiempo como para perderlo con discusiones infructuosas. Como conclusión Disney o consejo moral de vuestro Papi Freakman: sentíos orgullosos de no ser nadie especial sino de ser vosotros mismos, amiguitos freaks.

COMMENTS

2 Responses to Not only for freaks.

  • Elru wrote on February 28, 2012 at 5:45 // Reply

    Bueno Freakman veo que tú compi de trabajo no es muy de tú agrado jejjee, yo creo que el problema es que hay una corriente impuesta por no se quien o por no se que, que sino formas parte de esa corriente que supuestamente es la normal o lo que se supone a la debe pertenecer todo el mundo, pues nada ya te cuelgan el sanbenito de freak o de raro y ya no te lo quitas de encima.

    A mi si alguien me ve con mis revistas de musica (metalera)muchas gente que va de estar enterada y muy en la onda, suele criticarme y reirse, pero bueno, no es que me de vergüenza, pero empiezo estar hasta las pelotas de las idioteces que nos rodean

  • Impozible wrote on February 29, 2012 at 1:39 // Reply

    El asunto es claro. Si un compañero cualquiera de trabajo se baja y deglute con avidez capítulo tras capítulo de Ley y Orden, Mentes Criminales y cualquier otra serie en la que salga un policía americano, es no es ser friki.

    Ser friki es, por ejemplo, ser tan, valga la redundancia, friki, de comprarse los todos los juegos originales, recibir libros sobre la historia de los videojuegos, o la biografía de Screech en inglés en la oficina.

    “Buah tio, ¿en inglés encima? qué friki eres.”

    Luego, claro, están los que usan el “ser friki” como carta de presentación, que son el extremo contrario, y aprovechan cualquier momento para meter en la conversación lo que les gusta no-se-que película iraní, y corona su diatriba con un “jo, qué friki soy”.

    No se trata, como bien dice FreakMan, ni de ocultar, ni de presumir. Se trata de ser quien eres. Si se es, como usted o ocmo yo, aficionado a los tebeos, pues se es, como el que es rubio, moreno, guapo (también nuestro caso xD), o feo.

    PD: Temazo, el Nerd rage.

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