CREYENTES

“Creer o no creer, esa es la cuestión, amiguit@s.”

Si, amiguit@s, es un tema del cual nadie está a salvo, todos en una u otra medida creemos en algo. Por eso, en estas fechas en las que algunos hacen muestra explícita de su devoción interior, me hace reflexionar acerca de la misma cuestión de qué significa creer. La religión parte del hecho de que se debe creer en su dogma porque cree que es necesario cumplirlos para ser un ciudadano modélico y llegar a la virtud mediante ese comportamiento.

La religión católica en concreto, que celebra su semana santa durante estos días, cree que hay que sufrir y pasarlo muy mal en este mundo para poder ser elegido para ir al Paraíso después de la muerte. No hay nada más “Gore” para mi, que las imágenes en los medios de comunicación de los actos celebrativos que tienen lugar a lo ancho y largo del mundo, de cómo se celebra ese penar y sufrimiento por parte de los creyentes, que tratan de expiar con ellos sus “pecados”. En nuestro país es habitual ver a gente yendo descalzos en plena calle, arrastrarse de rodillas pidiendo perdón, fustigarse con un látigo en la espalda… son las formas menos violentas que he conocido de celebrar estas festividades. He llegado a ver a gente en otros países que se clavan a una cruz de manos a pies aun a riesgo de sufrir traumatismos severos, e incluso casi desangrarse después de recibir un montón de golpes de todo tipo.

Hay, en mi opinión, maneras mucho menos violentas de creer en algo y que no tenga repercusiones tan chungas para los demás. Porque uno puede creer en lo que sea, siempre que no repercuta en un daño a los demás. Los frikis, si tuviéramos que creer en algo, sería en nuestras aficiones, y siempre se ha visto mal el que creamos en una forma diferente de ver la realidad, ya que por ejemplo nuestra afición por el “Gore” y la sangre a borbotones, es siempre lúdica y sobre todo, ficticia.

Si tuviera que creer en una creencia trascendental o un pensamiento religioso, seguramente creería en la Religión Jedi, que creo que incluso existe en el catálogo de religiones registradas en USA y en varios países de habla inglesa. ¿Por qué motivo? Porque como conjunto de creencias, no establecía una liturgia estricta de cómo deben ser las cosas para ser virtuoso, simplemente decía las cosas que no deben hacerse dentro de la moral propia aunque un poco diluida que establecía la “Religión Jedi”. Es decir, no existe un dios todopoderoso, omnipotente y omnisciente, que marca lo bueno y lo malo, que si no se cumple, no alcanzarás la paz eterna.

La Religión Jedi parte del pensamiento de que hay una “fuerza”, una energía primordial de la que estamos todos hechos, no solo los seres vivos de la naturaleza, y formamos todos parte de la misma como piezas de un gran organismo o engranaje. Un poco como otros pensamientos no teístas de los que George Lucas se inspira, como son el budismo, el taoísmo o creencias de origen céltico, y que tenían a la naturaleza como gran eje sobre el que giraba su movimiento.

Ya fuera de coñas, no puedo declararme ateo tampoco, porque niegan la existencia de Dios con la misma fé que un creyente que sí cree. Me quedo con la idea de que creáis en lo que creáis, no intentéis nunca imponer vuestras ideas o creencias a nadie, puesto que ninguna es mejor que otra, solo son pizcas o pequeñas partes de un todo que compone el complejo pensamiento humano que cada uno de nosotros tenemos. Aun así, desde ahora, desearos a todos vosotros que la fuerza os acompañe.