PINHEADS

No sólo este tipo de entrañables monstruos.

Al referirme a ese título, hablo sobre las tres hermanas con cabezas de alfiler de la película La Parada de los Monstruos, nada que ver con Pinhead, uno de los personajes de ficción de una película de culto como Hellraiser.
Estos personajes, a pesar de su irremediable deformidad física o psíquica, eran seres enternecedores que nos conmovian con su candor e inocencia. Me acuerdo especialmente de una escena de la película, en la que jugaban apaciblemente en el bosque con su cuidadora, Madame Tetrallini, y se asustaban ante la llegada de un especie de lord o conde, y en un momento de confusión provocado por el mayordomo que le acompañaba, él mismo tranquiliza la situación y las pide que sigan jugando tranquilamente en los terrenos de su propiedad todo el tiempo que quieran. Ese trasunto de noble fue interpretado para la ocasión, curiosamente, por el mismo Todd Browning, director de la película.

Pero evidentemente, como viene siendo habitual, me refiero a otro tipo de pinheads, a otro tipo de cabezas de alfiler, aunque a veces suele coincidir la deformidad en todos los sentidos. Otro tipo de deformes son los cortos de miras, los que no ven más allá del mundo que les rodea.
Hay algo contra lo que siempre he luchado desde que creé este programa hace ya más de once años, y es que se nos observe como a un ghetto, a todos los que abrazamos aficiones minoritarias. Aunque hay también quien no ve más allá de su ojal y convierte todo aquello que no sea puramente freak en algo criticable: “mira ese moderno, y ese que sólo ve pelis comerciales, mira esa poligonera”….. Bueno, ahí sí coincido, hasta para eso se puede ser clasista…
Bueno, en serio, sí hay algo que quiero que pongan en mi tumba cuando muera más allá del habitual: “sus familiares y amigos le amaban por ser tal y como era”, sería que rezara algo así como: “le recordaremos por no ser un gilipollas cerrado de mente y lo mantuvo hasta que la diñó”.

La crítica es buena siempre que sea constructiva y haga que cuando saquemos los defectos de los demás, sea para que no se tome como algo bajuno y rastrero. Sino como algo gracioso o sin mala follá que es lo que aquí pretendemos. Si no, nos convertiremos en aquello que odiamos amiguitos, nos convertiremos en esos pinheads que por la cerrazón de nuestra mente, no respetamos lo diferente.