LOS VERANOS DEL JUGÓN.

En verano, las desarrolladoras también de vacas.

Siempre que llega el otoño, me acuerdo de épocas en mi vida en la que todo era más fácil y más sencillo y en las que solamente estaba preocupado por cosas más importantes que el tener que comer y sobrevivir. Sí, puede que suene escandaloso para muchos de vosotros una afirmación como esta, pero a los que amamos dedicar parte de nuestra vida a nuestras aficiones, por las cuales sentimos una devoción infinita, no creo que os suene tan raro.

En nuestro último programa hablamos de un hecho curioso en el mundo de los videojuegos. Este verano ha sido aciago y ha hecho que si normalmente no se presentaban apenas novedades en la época estival, este año 2012 en particular ha sido poco menos que lamentable.

Aunque nuestros expertos compañeros del Freak Team desgranaron lo que supone para un jarcor gaymer un verano de hastío como ha sido el del presente año, yo lo voy a hacer del modo nostálgico habitual en mi, cuando los videojuegos eran parte fundamental de mi vida y uno de los mejores momentos del dia era el llegar a casa y pasarme la tarde jugando a mis juegos favoritos. Era la época de los 8 y 16 bits, tiempos heroicos como diría algun locutor cool viejuno, que es lo que soy yo también, al fin y al cabo.

La industria del entretenimiento es una hija de puta. Porque sólo a un hijo de puta se le ocurriría poner leyes comerciales tan absurdas como el hecho de restringir sacar buenos juegos durante el periodo estival. ¿Qué pasa, que durante el verano no jugamos? ¿Qué nos tenemos que conformar con jugar durante ese periodo de tres meses a juegos que no nos molan, o en los que no nos fijamos en su momento por lo viciados que estábamos a otros? Seamos sinceros: encontrar una joya en esas circunstancias no es difícil, es francamente jodido.

Y dentro de esto, me acuerdo que todos los veranos sacaban juegos de mierda: los de las olimpiadas, los deportivos de mil disciplinas que me tocaban los huevos ya de niño, simuladores coñazo que me tocaban un pie… Vamos, que no ha cambiado mucho la cosa. Pero lo que sé seguro es que, a pesar de ser un mierder gaymer, no soy imbécil y por mucha crisis que digan que exista, no se justifica el hecho de que realmente hay una terrible falta de creatividad.

En pleno cambio generacional en las plataformas de entretenimiento, opino que las desarrolladoras debían haberlo ya dado todo en este 2013 porque es posible que ni siquiera se hagan juegos para alguna de ellas. Hemos perdido la oportunidad de haber tenido todo un verano para esos videojuegos, en esa época en la que tenemos suficiente tiempo libre para dedicarlo a nuestras aficiones.