“Creyendo en la inteligencia”.
Ya sé que me repito más que el ajo, amiguit@s, ya que el diagnóstico del último programa del mes pasado en la sección de Telón, se tituló “Creyentes”, pero era por otro tema muy diferente del que quiero hablaros, como era la semana santa. En este caso, la traducción al inglés que hago de la palabra “Creyentes” que es como titulé ese diagnóstico, tiene un sentido como explicaré a continuación, y que tiene que ver con un tema de actualidad que se ha divulgado una vez más como suele ser habitual en los últimos tiempos, a través de las redes sociales.
Vivimos tiempos aciagos, amiguit@s mi@s, ya que las noticias ya no se difunden ni siquiera en las páginas de internet dedicadas a la actualidad, como hasta hace unos años era habitual. Ahora, las cosas que interesan al vulgo, se difunden a través de Twitter. Y es que hace unos días, el cantamonas de moda por denominarlo de alguna forma, Justin Bieber, dejó un Tweet el otro día que era para enmarcar. Es un contraste que sea ahora cuando lo haya hecho, ya que celebramos La Feria del Libro durante este fin de semana y estuvimos emitiendo en directo desde Radio Ritmo en este maravilloso emplazamiento, en el que la cultura literaria es el máximo epítome, el amigo Bieber no es que la haya liado parda, si no que se ha pringado de mierda hasta las orejas.
El amigo Bieber con su papo bien gordo, ha sido capaz de hacer la siguiente declaracion: “Si Anna Frank viviera, sería Believer”. A ver, alguien que vive de internet como si fuera sexo para un ninfómano, debería cuidar muy mucho lo que habla o dice a través de dichos medios, ya que gracias a ella alcanzó la fama mundial a través de sus interpretaciones musicales en vídeos de Youtube y le da de comer. Sobre todo, teniendo en cuenta las rajadas anteriores de otros famosos como él de los que debería haber tomado ejemplo, ya que vivieron momentos de escarnio público y tomatazo internáutico, a través de la red social del pajarito.
Me he metido mucho con los Bloggers, youtubers y demás fauna en otros diagnósticos previos, pero al fin y al cabo, ellos son unos pringaos como yo que están en su casa y se aburren, y les da por poner sus chorradas en internet y cuatro monos les ríen las gracias, pero no hay daños colaterales que perjudiquen a nadie. Pero cuando gente como esta mega estrella con repercusión mundial, el top of the pops actual mucho nos pese a algunos, hace una declaración como esa no solo deja por tierra la persona y obra de una autora como Anna Frank, produce un daño también hacia la literatura y las formas de expresión artísticas en general. Estos, son de una envergadura suprema, ya que es muy difícil borrar el daño hecho a la neurona global de la sociedad de consumo en la que vivimos.
En una sociedad donde Jersey Shore es quien marca la norma de lo que debe ser la juventud y la sociedad actual, que alguien como él, con el tirón mediático y las escasas neuronas que tiene el amigo Bieber, pueda seguir teniendo la posibilidad de violar nuestros oídos con sus grititos de nini agonizante tras el primer periodo, demuestra que las cosas están muy jodidas para aquello que denominamos “cultura”. A ver, siempre lo han estado, pero hace décadas no estaba tan separado el concepto comercial y la posibilidad de pensar con un producto de consumo.
Pero ahora más que nunca, debemos intentar fomentar entre las nuevas generaciones desde la misma base en la que nos encontramos todos aquellos que amamos la cultura underground, que hay mucha cultura más allá del Screen del iPad o del Smartphone de moda. Hay un apasionante mundo de lectura que descubrir que empieza con un comic infantil como hablábamos la semana pasada, y que puede terminar con Anna Frank. Desde nuestro modesto punto de vista, vamos a hacer todo lo posible desde La Parada de los Monstruos, en crear No-Believers, y que “creáis”, amiguit@s, que un mundo un poco más inteligente, es posible.
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