NO OLVIDEMOS QUE….

….el enemigo está ahí afuera. Y me refiero, a que la crisis no ha terminado, y que seguimos en la precariedad más absoluta, y que sigue habiendo tiburones con corbata intentando pisarnos la cabeza y llevarnos a la ruina, por muchos cantos de sirena que nos pretendan vender que la crisis ha finalizado.

Llevo un tiempo reflexionando acerca de estas y otras cuestiones, porque como ya dije en el diagnóstico de la semana pasada, estamos viviendo tiempos convulsos y de profundo cambio en nuestra sociedad. El capitalismo salvaje sin control vive sus últimos coletazos, y se ha visto que el modelo transnacional que representa la Unión Europea tampoco funciona, volviendo una oleada de nacionalismo y radicalismo social, como no se veía en España por lo menos, desde tiempos de la transición.

Alguno de mis amigos o familiares más cercanos está sufriendo esto en sus propias carnes, y en algunos casos me narran situaciones de hacer meses desde que ya ni cobran el subsidio y estar viviendo de las rentas de indemnizaciones por despido de trabajos anteriores. No puedo evitar reírme cuando en los medios de comunicación nos venden las noticias de los aumentos de población activa y descenso del paro como la panacea, cuando la sensación que se percibe a pie de calle, es otra bien diferente.

Aunque tampoco pretendo ser demasiado pesimista, ya que tengo mucha esperanza en el cambio profundo que se está produciendo en nuestra sociedad, no debemos caer en la tentación de relajarnos demasiado en el sillón mientras siguen volando zurullos por todas partes a nuestro alrededor. Hay que ser realista, e intentar poner en justos términos los problemas que nos atenazan, y con las múltiples soluciones que se nos presentan, y sobre todo, ser cautos para que no nos la vuelvan a dar con queso.

Viéndolo desde nuestras aficiones frikis, no creo que hayan cambiado demasiado los mecanismos que utilizan aquellos que detentan el poder desde hace siglos, como bien podemos ver en series como Juego de Tronos, o pasando por House of Cards, hasta las ramificaciones sociales más corrosivas que se puedan extraer de Breaking Bad. Ese pesimismo nihilista que se extrae del Leviathan Hobessiano de que “el hombre es un lobo para el hombre“.

Estoy de acuerdo en parte, pero creo en la esperanza de que es posible una sensación de positivismo vital real, y no el derivado de la falsa situación superficial de bienestar de la etapa pre-crisis. La vida tampoco es como nos la narran en Sexo en Nueva York, no conozco a gente tan perfecta y que lleva una vida tan estupenda en la vida real, pero en el modelo social anterior a la crisis era al que la gente quería aspirar.

Yo me veo a mí mismo como el personaje de Rust interpretado por Matthew McCounaughey en la serie True Detective: me veo como un nihilista creado por el maltrato de nuestra experiencia vital nefasta y que llevó una vida feliz hasta ese momento. Pero que le cuesta ver esperanza detrás de los monstruos que le rodean, y necesita la mano amiga de un Hart que es tan mediocre y tan extremo que tú aunque vea la vida de manera diferente. Porque como para ellos, aunque mi vida es muy parecida a la de cualquiera de vosotros, rodeado de tristeza y pocas ganas de tirar para adelante, siempre hay algo que te empuja a seguir. Y mi esperanza se llama La Parada de los Monstruos, y la mano amiga es la de todos aquellos que estáis a ambos lados del aparato receptor. Muchas gracias por estar ahí un año más.