Aunque ateos, alabemos a nuestro San Pedro.
Siempre hay alguien que da la cara. Siempre hay alguien que está siempre llevándose siempre méritos, que en muchas ocasiones no sólo le corresponden a él, olvidando que hay alguien atrás apuntando, arreglando, mejorando y haciendo que todo funcione con la precisión y maestría de un reloj suizo.
Porque todo show, película, actuación de teatro, etc, no sería el mismo si no hubiera alguien que con muchísima antelación lo hubiera preparado con un mimo y una exquisitez meritoria, para que luego, cuando todo esté preparado para salir a escena, no falle nada y esté todo medido al milímetro aunque parezca falsamente improvisado. Es una labor de cámara oscura, sorda pero emocionante, que nunca se elogia lo suficiente y que es fundamental para que el show siga adelante.
Dicho esto, me he preguntado muchas veces qué sería, por ejemplo, de La Parada de los Monstruos, tal y como la conocemos actualmente, si hace aproximadamente siete años no hubiera acudido el protagonista de esta historia a una fiesta de aniversario de nuestro programa. Aunque ambos ya nos conocíamos de antes, este fue el momento decisivo en el que definitivamente se cruzaron nuestros caminos. Pues hubiera pasado que este programa que tanto alabáis y aplaudís, no sería en absoluto la mitad de lo que que se ha convertido. No sería lo mismo si alguien no se se hubiera pasado miles de horas detrás de las bambalinas, con el mono de trabajo, organizando las temáticas, poniendo de acuerdo a todo el mundo, editando y subiendo los programas a Internet, contactando con oyentes e invitados… y miles de tareas más que llevaria miles de diagnósticos el describirlas y el entrar en detalle en ellas. Tan ingratas muchas veces por la cantidad de tiempo y de trabajo invertidos en ellas, como gratificantes para los demás una vez disfrutado del resultado final que todos conocéis.
Es para mí nuestro protagonista, nuestro San Pedro particular a las puertas del paraíso, el que nos abre la posibilidad de disfrutar de las mieles de nuestro cielo del frikismo que es nuestro circo ambulante. Para mí es un placer contar un año más en nuestro programa, amiguitos, con el protagonista de nuestra historia, y le agradezco a él personalmente su esfuerzo constante para que el circo siga un año más en pie. Y de sobre todo, el ser mi amigo. Gracias una vez más, José Luis García, Lynnot.
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