“Humano, demasiado humano”.
“Humano, demasiado humano”. Este es el título que utilizó el filósofo alemán Friedrich Nietzsche para realizar un giro definitivo y trascendental dentro de su obra particular, y que le llevaría a partir de entonces a ser el autor que hoy todos conocemos, pero con matices como explicaré a continuación. Porque hasta ese momento, Nietsche había intentado encontrar un sentido a la existencia del ser humano a través de la creación cultural, la filosofía y las artes.
¿Quién lo diría, no? Alguien que tiene el estigma de ser el creador del nihilismo, el cual posee una connotación tan negativa de la misma existencia. Por ello siempre fue un autor mal entendido durante muchísimo tiempo. Porque por ejemplo, con esta obra lo que él ensalza es la búsqueda de lo humano, de lo ancestralmente humano, algo que parece ser que se nos ha olvidado ser en los tiempos que corren.
¿Y a qué viene todo esto, os preguntaréis muchos de vosotros, porqué se pone hoy tan místico y trascendente FreakMan? Como respuesta, solo puedo decir que estoy plenamente de acuerdo con su planteamiento, porque el “ser” humano es algo que está más allá de los artificios que creamos en torno a nuestro antropológico modo de ver todo lo que nos rodea. Artificios como son al fin y al cabo también por ejemplo, los comics de los cuales hablamos hoy en el programa de Trazos.
Me refiero a que incluso en los mundos que imaginamos, es curioso que los seres de otras dimensiones paralelas, razas alienígenas, u otras formas de vida que en ellos existen o aparecen, siempre posean un componente antropomórfico en ellas. No sé lo que opinaría un científico al respecto, pero gente como Stephen Hawking afirman en sus teorías que, primero, no serían nuestros amigos, y segundo, no tienen por qué tener estrictamente una forma antropomórfica o que recuerde a un ser humano. Yo defiendo más la teoría Ktuloidea de Howard Philiphs Lovecraft y los seguidores de sus mitos, que afirmaban que de haber existencia de vida en otros planetas o en otros planos vitales, tendrían inteligencia, pero no serían ni remotamente humanos ni tener conceptos humanos como tal, como son la ética o la moral. Quién sabe lo que se le debe pasar por la cabeza a un Dios Primigenio o Ancestral.
Debido a ello, amiguit@s, me considero una persona humana, demasiado humana, con sus defectos y sus virtudes. No trato con ello, en ninguna de las esferas de mi vida en general, y en esta radiofónica en particular, de dogmatizar con mis palabras o pensamientos desprendidos de ellas, si no como pretensión principal, dar muestras de mi propia humanidad, las cuales no son ni mejores ni peores que la de los que estáis detrás. Pero para mí, vuestra humanidad a partir de vuestras opiniones, de compartir vuestro Feedback, es siempre fundamental. Por ello, agradecer nuevamente a todos los seres humanos que recibis mis paranoias al otro lado del aparato receptor, que soportais con tesón los rayotes propios de aquel al que se le ilumina una bombilla de vez en cuando en las neuronas, y lo suelta al vacío radiofónico. Una vez más, queridos amiguitos y amiguitas, gracias por estar ahí de nuevo: hay vida inteligente al otro lado, lo sé con seguridad.
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