Es algo extraño la idea de intentar dar carácter antropomórfico a seres que no lo son, como por ejemplo los animales, para contar historias. Es algo que se ha hecho en el mundo de los comics y de la animación desde sus albores, para intentarnos entretener, educar, aleccionar, etc… Para provocar en definitiva, todo tipo de sensaciones.
Mi opinión es que quizá, a través de esos personajillos animalescos caracterizados como seres humanos, nos sentimos más predispuestos muchos de nosotros a ser receptivos a lo que nos están contando. No se trata ya sólo de abstraernos a través de escenarios de ficción situados en entornos distópicos que van desde la ciencia más avanzada a mundos de fantasía heroica, si no además, que esos personajes también lo sean.
Creo que al ver más entrañables a esos personajes desde el punto de vista visual, se despierta en nosotros un tipo de empatía diferente, ya que si esas historias las protagonizaran seres humanos no nos ganarían tanto como si las protagonizaran esos personajes antropomórficos.
Durante muchas décadas, además fueron los protagonistas indiscutibles de las industrias a las que hacemos referencia, tanto en comic como en animación, pero con un marcado carácter infantil. Desde el Gato Félix, pasando por The krazy Kat, Disney, Warner Bros… hasta los modernos y mucho más locos Bob Esponja, Historias Corrientes u Hora de Aventuras.
Ha habido un largo camino hasta hacer adultos a todos estos personajes, aunque igualmente, en muchos casos sigan siendo historias dirigidas a un público infantil, aunque en el fondo no han cambiado tanto. Cambian las épocas, cambian aquellos que dirigen las empresas de entretenimiento. Pero como ya hemos hablado en el programa anteriormente, si comparamos los cortos de un primerizo Mickey Mouse, o una Krazy Kat con los mencionados Bob Esponja y Hora de Aventuras, básicamente son igual de corrosivas y dirigidas a un público adulto en una segunda lectura.
Yo creo que por eso envejecen tan bien muchos de ellos, porque los siguen reponiendo una y otra vez y cuando los veíamos de niños nos alucinaban por su humor loco y descacharrante, con una violencia inusitada llenas de porrazos y leñazos sin ton ni son, y cuando nos hacemos adultos los seguimos disfrutando igual porque sabemos que no es tan tonto ni inocente lo que ahí nos están contando.
En los tiempos actuales, los personajes denominados como “Funny Animals”, cada vez tienen menos de funny y mucho más de animals, porque afortunadamente hay menos barreras para poder contar historias más adultas a través de ellos. Ejemplo de ello, es por supuesto, las obras de Stan Sakai con Usagi Yojimbo, y la obra de Kevin Eastman y Peter Laird con las Tortugas Ninja de las que hablaremos en el programa de hoy.
Con este diagnóstico pretendía sobre todo subrayar un hecho con el que todos nosotros que amamos estos comic o dibujos animados estaremos de acuerdo. Subrayar el hecho de que el desconocimiento de ellos y la preconcepcion de ideas, hace que mucha gente piense que el seguir disfrutando y coleccionándolos no implica como mucha gente piensa, que “qué haces con 30 o 40 años viendo todavía dibujos”. Implica el poder compaginar el hecho de ser y pensar como un adulto, y poder seguir disfrutándolos como si fueras un niño. Cowabunga, amiguit@s.
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