En cuanto a los cómics, lo tengo claro, prefiero los comics que utilizan el color en su composición que los cómics que no lo tienen. Desde ya muy peque, siempre me atrajeron mucho más aunque por casa rondaban comics en blanco y negro que debían ser más para mayores, con historias de vaqueros o de guerra que mi padre o mis tíos debían coleccionar.
Pero sí es cierto que el uso del color en los tebeos, era casi sinónimo de comic para niños por aquel entonces en mi infantil mente. Pero para todo, la vida es un camino duro de descubrimiento hacia la adultez, aunque a veces nos guarda anécdotas graciosas como la que os voy a contar.
La forma en que descubrí que el uso del color en los cómics no era exclusivo del tebeo para niños, fue estando de vacaciones en Cuenca con mis padres, y tuve uno de esos accesos de encoñamiento infantil, y me puse muy pesado para que me compraran un tebeo. Mis padres ya cansados de oírme y para que me callara de una vez, se dispusieron a hacerlo, y al parar en una gasolinera de un pueblo de las montañas conquenses, mi padre que venía de dentro de la pequeña tienda me dijo que bajara del coche que allí había tebeos y escogiera uno.
El caso es que el tebeo era un poco raro, ya que en la portada aparecían varios personajes clásicos de los cuentos en unas actitudes un poco extrañas y sinuosas para la mente de un niño, pero ya con 10 u 1 añitos que debía contar yo, veía que había miga en el asunto y le dije a mi padre que cogía ese que había visto él antes, y se dispuso a pagar sin hacerse más preguntas, mientras que yo no rechisté en todo el camino de vuelta al hotelillo.
El caso que el nombre del tebeo en cuestión era Manolo e Irene, y en cuanto lo abrí y ví lo que allí se cocía, se produjo un cambio total y definitivo en mi mente hacia los primeros picores. Allí había de todo, menos cómic infantil claro, e ilustrados a todo color, se mostraban pollas y coños, mientras se follaba en el lejano oeste, en el medievo, en una historia de detectives o policiaca…. Y la historia de la portada lo que había estado mostrando realmente era cómo se lo montaban los personajes de cuentos entre ellos, y por una parte me fascinó a la vez que me turbó ver como se lo montaban Peter Pan y campanilla.
De ahí el paso lógico fue hacia otras historias como eran el Makoki, El jueves, que iban desde el comic más juvenil hasta el más gamberro, pasando por etapas más experimentales que todos hemos tenido con otras publicaciones como Zona 84 o Címoc. El uso del color en el cómic adulto es fundamental, y me hizo valorar obras como las de el Den de Richard Corben, Lorna de Alfonso Azpiri, las obras eróticas de Milo Manara, y un largo etcétera que sería interminable de narrar aquí.
El color hace que los comics sean más vivos, o más apagados dependiendo de los artistas. Puede crear historias más tristes con el uso de los grises y tonos tierra, o puede hacer que una escena de acción sea terrible con el uso del rojo sangre en sus viñetas. Por eso reconozco su mérito, porque creo que una historia a color gana mucho porque lo acerca a nuestros ojos de un modo que no lo puede hacer si éste no existe en la historia.
Debido a ello, vamos a realizar el homenaje que se merecen estos profesionales que hacen que nuestros cómics favoritos ganen vida propia, ya que sin el color, nuestras vidas no serían iguales.
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