…contra los posers de la Generación Perdida.
En plena estación primaveral es, normal y propio de la misma, que se produzca una reacción física a ciertas sustancias alérgenas como el polen o las gramíneas, manifestándose en toda una serie de síntomas como estornudos, escozor de ojos, asma o reacciones cutáneas.
Pero peor es la alergia y rojez anal que sienten algunos al hecho de haber sido joven alguna vez en su vida, que es el extremo opuesto de aquellos que seguimos viviendo en una eterna adolescencia peterpanesca. Por ejemplificar lo que trato de describiros, me acuerdo cuando mucha gente de mi generación con la que iba al instituto o a la universidad, que ya con 15 o 20 años parecían destinados a ser adultos de manera precoz, haciendo cosas que poco tenían que ver con la edad que se suponía que tenían. Ya por entonces estaban de vuelta de las drogas y de alcohol y te hablaban de sus objetivos vitales de trabajo y posesiones “materiales” (coche, casa, piba…) como algo que daban por hecho que todo el mundo tenía que tener como prioridad por encima de cualquier otra cosa. A mí ya entonces me parecía que vivían en una alopecia mental, que ya en años posteriores, se manifiesta en forma de personas de 30 años que parece que tienen casi 50, por su acabamiento físico y mental.
En resumen y después de poneros un poco en antecedentes, me hace gracia que toda esa gente que por aquel entonces sentía alergia por su juventud, ahora la sienten por su madurez. Ejemplifico de nuevo: Muchas de esas personas las tienes en el CaraLibro (muchas veces me pregunto porqué no les he borrado ya que su vida me da igual), y ves continuamente sus “me gustas” y comentarios de fascinación sobre los maravillosos 80 de Barrio Sésamo, La Bola de Cristal o todo el rollo retro que tan en boga está ahora.
Y me da vergüenza ajena que esos mismos que se cagaban por entonces en todas esas cosas que consideraban para niños, como los cómics, el rol o los videojuegos, y que nunca fueron capaces de ver un puto capítulo de Ulises 31, ahora se consideran abanderados de la Generación Perdida, como la llaman ahora los mass media.
A todos esos alopécicos, alérgicos de su mentalidad propia, tullidos sociales vampiros de la apariencia de mi generación, vivan ústedes en sus nichos de mediocridad no asumida como sí hacemos otros y dejen en paz a aquellos que sí verdaderamente matamos por Mazinger Z o Comando G. No, amiguitos, no es ni superioridad ni vanidad, lo prefiero llamar coherencia.
jajaja…….. me parto¡¡¡, muy bueno, no lo habia leido, seguir así